A pocas semanas de la PSU y al ver a los muchachos tan nerviosos, recuerdo mi tiempo de colegial, donde existía el mismo temor, pero con otro nombre: PAA.
De una forma u otra me he debido enfrentar -y hasta cierto punto padecer- ambas pruebas.
Lo quizás injusto que ambos test tienen en común es su tremendo alcance para la vida del estudiante. En ambos casos unas pocas horas seran decisivas para el resto de la vida. Pero tomando en cuenta precisamente aquello es que me inclino definitivamente por la PSU.
La PAA medía una serie de habilidades sobre las cuales poco o nada había tenido que ver lo aprendido en el colegio. Así, se daba que un alumno esforzado si enfrentaba mal la prueba podía reprobar por sobre uno que quizás en ese momento tuvo un instante de lucidez.
La PSU mide los conocimientos adquiridos durante la Enseñanza Media, es decir, es la carrera final que se corre después de años de entrenamiento, se mide el esfuerzo y el tezón del alumno y es, hasta el momento, lo más cercano a la justicia para determinar la entrada a la Universidad.
sábado, 25 de noviembre de 2006
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