jueves, 15 de julio de 2010

Desvariando en torno al Señor de Los Anillos

En un ejercicio maratónico cinematográfico me he puesto a ver la trilogía completa de El Señor de los Anillos. Pese a lo extenso de las horas de película en realidad cuesta comprender realmente todo lo expuesto, así que he entrado a Wikipedia para intentar revelar el enredado universo tolkeniano del cual descubrí que el Señor de los Anillos es tan sólo un fragmento y, la película, una porción de ese fragmento.
Lo primero que me llamó la atención es una notable similitud entre la cosmología tolkeniana y judeo cristiana. Me sentí entonces horriblemente ingenioso hasta que descubrí que otros ociosos tuvieron la misma idea. También pude ver el afán con que muchos cristianos niegan las analogías en diversos foros de Internet.
En un escaso tiempo de investigación pude ver que la cosa va más o menos así:

Lluvatar (Dios) creó Eä (El Universo) y, dentro de éste a Arda (el mundo), el cual dividió en dos continentes: Aman y La Tierra Media.
Los primeros seres vivientes creados por Lluvatar fueron los Ainú (ángeles). Dentro de los Ainú existen aquellos de mayor jerarquía – Valar – y los de segundo rango –Los maiar-.
Los Ainú son seres que bajan a Arda a intervenir en la creación Dentro de ellos se encuentra Melkor (Satanás) quien se rebeló contra Lluvatar, pero fue derrotado.

Claro que hasta este momento nada de los personajes famosos del Señor de Los Anillos, porque lo que ocurre es que ellos aparecen después de todos estos acontecimientos con la aparición de un nuevo ainú llamado Saurón, quien retomará la idea de su antiguo jefe Melkor de apoderarse del mundo.
Las analogías del Señor de los Anillos podrían continuar: La Biblia, Las Guerras Mundiales, la Revolución Industrial, etc. Claro que hay elementos identificables, pero otros no tanto ¿Quién es Japón en El Retorno del Rey si Mordor pelea sólo? ¿Comenzarán a pelear Gondor con Roham en una especie de Guerra Fría después de la destrucción del anillo? Y si es así ¿Se convertirá el octogenario Silvetre Stallone en un Rambo o Rocky IV medieval?
Lo que puede ser interesante es ver a los personajes en sí con sus motivaciones, sus luces y sus sombras: Aragom, quien se ve perseguido por la responsabilidad que le implica su linaje; Boromir, angustiado por verse obligado a participar de una empresa en la que siempre estuvo en desacuerdo; Eowyim, representante de la tendencia a la liberación femenina con todo lo que ella implica; Théoden, quien se debate entre preocuparse sólo de defender a su gente ante el peligro inmediato o enfrentarse frontalmente ante al mal que a la larga igualmente los va a exterminar; Sarauman, quien ha decidido que es mejor unirse al mal porque va a ser vencedor que luchar contra el bien que sabe que va a ser derrotado; Galadriel, que nos hace preguntarnos sobre el precio que se debe pagar por el amor; Pippin y Merry, los que luchan por tener un papel pese a sus limitaciones; Sam, motivado por la completa fidelidad a una persona; Y finalmente, los más interesantes de todos a mi juicio: Frodo y Gollum. Ellos se diferencian sólo en el tiempo al que estuvieron expuestos ante el mal, que es a fin de cuentas lo que marca las diferencias entre una y otra personalidad. Pero ambos se deben responder lo mismo ¿Nos alejamos de un mal que sentimos placentero? O ¿nos alejamos de él a costa de la sensación de perdida y vacío? Quizás en este último dilema de Frodo y Gollum es donde mejor se encuentra el mensaje bíblico y el de la obra de Tolkien.

sábado, 24 de abril de 2010

Doña Soledad



A falta de una existencia real intento darle a doña Soledad una existencia ficticia. La imagino una mujer barriendo el portal de su casa en alguna época y en algún lugar subdesarrollado como el nuestro. Observa con extrañeza a unos jóvenes pelilargos que vociferan en base a algo que han leído por ahí o que alguien que ha leído se los ha contado.
Y aquellos jóvenes le hablan a doña Soledad, pero ella no quiere entenderlos. Les parece algo bobos, algo flojos, algo sucios y sin duda algo perdidos. Perdidos en un futuro imaginario, mientras ella se encuentra atareada con el presente. Demasiado ocupada resolviendo las consecuencias de la injusticia en su vida como para reflexionar al respecto o preocuparse por las causas o si acaso existe alguna posibilidad de resolverlas.

sábado, 6 de marzo de 2010

Los unos y los otros del terremoto

Aunque hoy día la asignatura de “Historia y Geografía” a cambiado su nombre a “Historia y Ciencias Sociales”, todavía la geografía forma parte de la asignatura y deben enseñarla los mismos profesores. ¿Se trata la geografía a diferencia de la Historia de una disciplina que no permite las subjetividades? ¿Algo así como las matemáticas donde 2 + 2 = 4 para moros y cristianos? La verdad es que en parte si y en parte no. Sin embargo si nos concentramos en la subdisciplina de la geología que esta muy de moda estos días por el tremendo remecimiento de tierra que nos afectó.
Pero aunque todo esto de la tectónica de placas es algo que no da lugar a diferencias ideológicas, éstas si se notan a la hora de analizar el actuar de los varios protagonistas y antagonistas de esta tragedia.
La primera diferencia la notamos en el proceder de las autoridades civiles y las Fuerzas Armadas, ya que, dependiendo de la trinchera de cada cual alaba el actuar, critica los errores y omite, minimiza o desvía hacia otro lado los desaciertos de sus respectivos protegidos o blancos de sus ataques. Unos critican el lento y torpe actuar de la autoridad civil, mientras los otros critican la información o mas bien la desinformación por parte de la Armada, al tiempo que muestran reticencia o de plano rechazan enérgicamente el llamado del Ejército, mientras, los demás se enorgullecen de aquellos hombres con casco vestidos de verde y, quizás, no faltan los que con ello añoran tiempos no muy antiguos.
Otro gran protagonista es el mundo de las empresas, el de los supermercados y farmacias que debieron haber entregado sus productos según unos y que estuvo bien que esperaran tener en línea las cajas registradoras para lucrar con dichos productos según los otros. Pero también se encuentran las otras empresas cuyos nombres resuenan cada vez con mayor fuerza: el de las empresas constructoras. Aquí llegamos a un terreno donde muy pocos las defienden ante la destrucción de edificios recién construidos, pero este consenso general inicial dará lugar a las diferencias entre quienes quieren culpar a los ingenieros o a los empresarios, a quienes pagaron las coimas o a quienes las recibieron, como tampoco estarán los que dirán que los sobornos jamás existieron.
Nuestro último gran protagonista es el pueblo. Aquella entidad abstracta que nadie sabe exactamente que es ¿es el lumpen que saquea supermercados o son los vecinos que se organizan? ¿Es el flaite que se va con un plasma al hombro o la mujer que recoge harina entre vidrios rotos? Sin duda alguna que la respuesta que se de a estas interrogantes dependerán también de la posición de cada uno y las conclusiones de dichas respuestas serán las que determinen el curso a seguir, no sólo ante el terremoto que nos afectó, sino ante todo el futuro.